15 de julio de 2014

Tres de tres

publicado en www.revistacolada.com.ar #19

ilustraciones Victoria Nana

Uno
-      Amigo, hola. Soy yo.
-      Hola, ¿cómo andás? ¿Todo bien?
-      Sí, bien, todo bien. Ehhhh… escuchame, tengo unas minas para coger, mañana al mediodía.
-     
-      Una japonesa y una cordobesa, ¿vos podés?
-      Pero, boludo, pará. ¿Cómo es la cosa? ¿Qué onda?
-      Son unas minas de los recitales, están buenísimas. ¿Venís?
-      Yhhh… escuchame, ¿a la noche no puede ser? Mañana es martes, loco, algunos tenemos que laburar.
-      No, no se puede, tiene que ser al mediodía. Pasa que están casadas y de noche no pueden.
-      Ahhh, viene picante el asunto.
-      Sí, re, la japonesa es recontra picante.
-      Bueno, de alguna manera me arreglaré ¿Vos dónde estás viviendo ahora?
-      En Cañitas. ¿Vos viniste ya acá?
-      No, ¿es cerca de Luis María Campos?
-      Sí, justo, Luis María Campos y Chenaut, ¿ubicás?
-      No, pero mañana ando por Congreso y creo que el sesenta me deja. Pasame después bien la dirección por wasap. Che… ¿y vos ya cogiste con las pibas éstas? ¿Qué onda?
-      Seeeeh, son dos campeonas. La japonesa es insaciable. Se dan besos, se chupan entre ellas, te chupan a vos. Dos campeonas.
-      Joya. Bueno, pasame entonces la dirección y a la una estoy allá.
-      Venite tipo once que me acompañás a comprar unas medialunas que hay por acá y desayunamos con las chicas. Ellas vienen once y media.
-      Dale. Bueno, nos vemos y gracias por tenerme en cuenta amigo, eh.
-      Nada, nada, abrazo.

Al otro día estamos cogiendo con las minas. La japonesa se llama Lulú, la cordobesa también se llama Lulú. Al principio como que me toca estar con la japonesa, que es alta y un poco grandota, solo un poco, aunque a mí me gusta más la cordobesa, que es chiquita y con muchas curvas. Nos fuimos mezclando y estoy con la cordobesa. La japonesa me mira y se ríe mientras coge con mi amigo. Se ríe y me besa y también besa a la cordobesa de la que ya estoy bastante, bastante enamorado. Mientras, en la tele hay un coro de negritos que, vestidos muy tipo Benetton, cantan Wonderful World y en eso la cordobesa acaba arriba mío.


Dos
Una amiga me quería presentar a una amiga de ella y entonces armamos una salida. Yo tenía que llevar a un amigo y ella a la flaca ésta. Arreglamos para el sábado a la noche. A las once teníamos que ir al departamento de mi amiga que era por Flores, Villa Santa Rita… más o menos por ahí, y allá iban a estar esperándonos las dos. 
Me encontré un rato antes con mi amigo y, no sé por que, nos fuimos a cenar a uno de estos lugares que a la hora de comer ponen manteles de tela y se quedan a mitad de camino entre bar y restaurant. Creo que era por la plaza de Pappo. Aprovechamos para ponernos al día porque hacía mucho que no charlábamos. Nos vemos seguido, todos los lunes jugamos al fútbol, charlamos, pero bueno, no así, sentados y tranquilos.
Ya yendo a buscarlas, me acuerdo que hacía un frío terrible, debe haber sido la noche más fría del año. Por mensajito quedamos que bajaban y nos íbamos a tomar algo por ahí.
La mina al final estaba buena. Era boliviana, re morocha y marroncita de piel. El pelo, negro, azul, le brillaba un montón. ¡Tetona! y con ese culo raro que tienen las bolivianas y unos ojos negros re lindos, así medio chinitos. Mi amigo no estaba tan entusiasmado como yo. Cuestión que terminamos arrancando a un bar medio fashion que explotaba de gente. Tomamos cerveza, ponele roja, negra y así, y de repente estábamos todos bastante picaditos.
En una, mi amiga sale a fumar y yo cejeo a mi amigo para que la acompañe y allá va él. Cuando me quedo solo en la mesa con la piba ésta, sin decirle nada le doy un beso, nos miramos y se ríe y me da un beso ella. Entre risas hablamos alguna pavada y seguimos a los besos. En eso vuelven los otros dos con mucho olor a pucho, se ríen, joya.
- ¿A dónde vamos? -les tiro.
-¿Quieren ir a mi casa? -dice mi amigo- tengo unos vinos, cerveza y más cosas.
Fuimos, bebimos y bebimos. Yo estaba contento con coger con esta piba, pero casi que me lo pierdo porque en un momento como que se dio vuelta de tanto tomar. Parece que no había comido nada y le cayó todo mal. Mi amiga la llevó al baño y a los diez minutos (una eternidad) salieron, y la piba ésta ya estaba mejor.
Listo, a coger. Mi amigo y mi amiga en la habitación, nosotros en el living.



Tres
Hoy volvía del trabajo en subte, el A. Hasta la manija, como siempre y después de Once afloja. Ahí la vi a esta mina. Morocha de ojos verdes con una súper mirada, de esas que generan silencio y paralizan. Tenía un uniforme, así medio de azafata, que le quedaba pintado. Camisa blanca que le trasparentaba un poco el corpiño de encaje y una pollera corta azul oscuro con un bordecito muy finito celeste. Yo no sabía si mirarle los ojos, las tetas o las piernas.  Ella estaba desprolija, se la veía cansada, con el día encima. Tenía la mitad de la camisa afuera y transpiraba bastante, todo esto la hacía más linda todavía.
Cuando se bajo y se fue, vi que tenía una espalda ancha arriba y muy finita en la cintura, de nadadora, o de tenista, tipo Steffi Graf. ¿Trabajaría en un banco?, seguro en el Nación. ¿En Aerolíneas Argentinas? ¿En OSDE? No sé, pero llegué a casa y me hice una paja pensando en ella.


Tres de tres
Las tres veces, enganchado, como dando vueltas en una calesita que siempre da sortija, cuando acabé pensé en vos. Y eso que hace rato que ya no estamos más juntos.