Marcas en las paredes
hablan de historias
que amontono conmigo.
Empapado en la habitación
giro en el remolino del desagüe.
Reconozco mi cansancio y duermo,
hasta mañana, pasado.
Ya será hora de ver
que dejo la inundación.
2 de noviembre de 2014
Decidió bajar (incluido en Bailemos como Idiotas)
21 de septiembre de 2014
Caricia (incluido en Bailemos como Idiotas)
Fronteras superpuestas.
Mi caricia te atraviesa como a un fantasma.
Por favor... quédate quieta.
Este es mi sueño.
Mi caricia te atraviesa como a un fantasma.
Por favor... quédate quieta.
Este es mi sueño.
15 de julio de 2014
Tres de tres
publicado en www.revistacolada.com.ar #19
ilustraciones Victoria Nana
Uno
-
Amigo,
hola. Soy yo.
-
Hola,
¿cómo andás? ¿Todo bien?
-
Sí,
bien, todo bien. Ehhhh… escuchame, tengo unas minas para coger, mañana al
mediodía.
-
…
-
Una
japonesa y una cordobesa, ¿vos podés?
-
Pero,
boludo, pará. ¿Cómo es la cosa? ¿Qué onda?
-
Son
unas minas de los recitales, están buenísimas. ¿Venís?
-
Yhhh…
escuchame, ¿a la noche no puede ser? Mañana es martes, loco, algunos tenemos
que laburar.
-
No,
no se puede, tiene que ser al mediodía. Pasa que están casadas y de noche no
pueden.
-
Ahhh,
viene picante el asunto.
-
Sí,
re, la japonesa es recontra picante.
-
Bueno,
de alguna manera me arreglaré ¿Vos dónde estás viviendo ahora?
-
En Cañitas.
¿Vos viniste ya acá?
-
No,
¿es cerca de Luis María Campos?
-
Sí,
justo, Luis María Campos y Chenaut, ¿ubicás?
-
No, pero
mañana ando por Congreso y creo que el sesenta me deja. Pasame después bien la
dirección por wasap. Che… ¿y vos ya cogiste con las pibas éstas? ¿Qué onda?
-
Seeeeh,
son dos campeonas. La japonesa es insaciable. Se dan besos, se chupan entre
ellas, te chupan a vos. Dos campeonas.
-
Joya.
Bueno, pasame entonces la dirección y a la una estoy allá.
-
Venite
tipo once que me acompañás a comprar unas medialunas que hay por acá y
desayunamos con las chicas. Ellas vienen once y media.
-
Dale.
Bueno, nos vemos y gracias por tenerme en cuenta amigo, eh.
-
Nada,
nada, abrazo.
Dos
Una amiga me
quería presentar a una amiga de ella y entonces armamos una salida. Yo tenía
que llevar a un amigo y ella a la flaca ésta. Arreglamos para el sábado a la
noche. A las once teníamos que ir al departamento de mi amiga que era por
Flores, Villa Santa Rita… más o menos por ahí, y allá iban a estar esperándonos
las dos.
Me encontré un
rato antes con mi amigo y, no sé por que, nos fuimos a cenar a uno de estos
lugares que a la hora de comer ponen manteles de tela y se quedan a mitad de
camino entre bar y restaurant. Creo que era por la plaza de Pappo. Aprovechamos
para ponernos al día porque hacía mucho que no charlábamos. Nos vemos seguido,
todos los lunes jugamos al fútbol, charlamos, pero bueno, no así, sentados y
tranquilos.
Ya yendo a buscarlas,
me acuerdo que hacía un frío terrible, debe haber sido la noche más fría del
año. Por mensajito quedamos que bajaban y nos íbamos a tomar algo por ahí.
La mina al final
estaba buena. Era boliviana, re morocha y marroncita de piel. El pelo, negro,
azul, le brillaba un montón. ¡Tetona! y con ese culo raro que tienen las
bolivianas y unos ojos negros re lindos, así medio chinitos. Mi amigo no estaba
tan entusiasmado como yo. Cuestión que terminamos arrancando a un bar medio
fashion que explotaba de gente. Tomamos cerveza, ponele roja, negra y así, y de
repente estábamos todos bastante picaditos.
En una, mi amiga
sale a fumar y yo cejeo a mi amigo para que la acompañe y allá va él. Cuando me
quedo solo en la mesa con la piba ésta, sin decirle nada le doy un beso, nos
miramos y se ríe y me da un beso ella. Entre risas hablamos alguna pavada y
seguimos a los besos. En eso vuelven los otros dos con mucho olor a pucho, se ríen,
joya.
- ¿A dónde
vamos? -les tiro.
-¿Quieren ir a
mi casa? -dice mi amigo- tengo unos vinos, cerveza y más cosas.
Fuimos, bebimos
y bebimos. Yo estaba contento con coger con esta piba, pero casi que me lo
pierdo porque en un momento como que se dio vuelta de tanto tomar. Parece que
no había comido nada y le cayó todo mal. Mi amiga la llevó al baño y a los diez
minutos (una eternidad) salieron, y la piba ésta ya estaba mejor.
Listo, a coger. Mi amigo y mi amiga en la
habitación, nosotros en el living.
Tres
Hoy volvía del
trabajo en subte, el A. Hasta la manija, como siempre y después de Once afloja.
Ahí la vi a esta mina. Morocha de ojos verdes con una súper mirada, de esas que
generan silencio y paralizan. Tenía un uniforme, así medio de azafata, que le
quedaba pintado. Camisa blanca que le trasparentaba un poco el corpiño de
encaje y una pollera corta azul oscuro con un bordecito muy finito celeste. Yo
no sabía si mirarle los ojos, las tetas o las piernas. Ella estaba desprolija, se la veía cansada, con
el día encima. Tenía la mitad de la camisa afuera y transpiraba bastante, todo
esto la hacía más linda todavía.
Cuando se bajo y se fue, vi que tenía una
espalda ancha arriba y muy finita en la cintura, de nadadora, o de tenista,
tipo Steffi Graf. ¿Trabajaría en un banco?, seguro en el Nación. ¿En Aerolíneas
Argentinas? ¿En OSDE? No sé, pero llegué a casa y me hice una paja pensando en ella.
Tres de tres
Las tres veces, enganchado, como dando vueltas
en una calesita que siempre da sortija, cuando acabé pensé en vos. Y eso que
hace rato que ya no estamos más juntos.10 de junio de 2014
El árbol (incluido en Bailemos como Idiotas)
A través del vidrio de la puerta
vi un árbol en el patio.
Mi patio es de baldosas
pero estaba ahí.
Tan grande que abrazándolo
cubriría sólo un tercio del tronco.
La corteza oscura, casi negra
rugosa, con grietas largas y profundas.
Y muchas ramas con un montón de hojas de distintos verdes.
Abrí la puerta
quería sentirlo en los dedos.
Me senté en el piso sin dejar de mirarlo
y aparecimos en la terraza,
el árbol y yo, al sol.
vi un árbol en el patio.
Mi patio es de baldosas
pero estaba ahí.
Tan grande que abrazándolo
cubriría sólo un tercio del tronco.
La corteza oscura, casi negra
rugosa, con grietas largas y profundas.
Y muchas ramas con un montón de hojas de distintos verdes.
Abrí la puerta
quería sentirlo en los dedos.
Me senté en el piso sin dejar de mirarlo
y aparecimos en la terraza,
el árbol y yo, al sol.
8 de marzo de 2014
Un beso (incluido en Bailemos como Idiotas)
No te vi venir ni llegar.
Tampoco irte.
No te hizo falta.
Y me quede solo en mi mareo,
haciendo equilibrio
para mantener el sabor de tu saliva.
¿Cuántas veces podemos
darnos un único beso?
¿Y si me das más?
¿ese se pierde?
Entonces, no.
Dejámelo, dejame así.
Tampoco irte.
No te hizo falta.
Y me quede solo en mi mareo,
haciendo equilibrio
para mantener el sabor de tu saliva.
¿Cuántas veces podemos
darnos un único beso?
¿Y si me das más?
¿ese se pierde?
Entonces, no.
Dejámelo, dejame así.
Todas las noches (incluido en Formas en las nubes)
Escucho canciones
que aunque no entiendo
me gustan.
Todo es borde.
Hay tensión
pero no se ven los límites.
Solo está el paso del tiempo.
que aunque no entiendo
me gustan.
Todo es borde.
Hay tensión
pero no se ven los límites.
Solo está el paso del tiempo.
La canchita (incluido en Bailemos como Idiotas)
vivía enfrente de una canchita de fútbol.
de noche subía a la terraza para mirarla.
vacía, desafiante.
me sentaba en el borde del techo
con las piernas colgando
y al rato sentía
que como el mar, de a poco,
me empezaba a mojar los pies.
de noche subía a la terraza para mirarla.
vacía, desafiante.
me sentaba en el borde del techo
con las piernas colgando
y al rato sentía
que como el mar, de a poco,
me empezaba a mojar los pies.
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